Entendiendo la Separación de Iglesia y Estado
Descargar Estudio BíblicoCUANDO JESÚS DIJO “Pues den al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios,” (Mateo 22:21) estaba proclamando una nueva y grandísima distinción, algo muy diferente para la era de la Iglesia venidera, en relación con el pasado con el Israel del Antiguo Testamento. Este pasaje, entre otros pasajes del NT, representa la base bíblica de la separación institucional del gobierno civil de la Institución de la Iglesia ordenada por Dios. (Pero debo tener cuidado de agregar aquí, desde el principio, para que no se malinterprete lo que estoy diciendo, que la separación institucional no implica separación influyente, como lo plantean muchos secularistas hoy en día).
A diferencia de la época bíblica precedente del Israel del Antiguo Testamento, en la que el pueblo de Dios y el Estado eran uno —bajo un sistema de gobierno teocrático o sacerdotal (“sacerdotal o eclesiástico”)— , en la era, que estaba iniciando, Jesús espera que las dos instituciones se diferencien en estructura, propósito y liderazgo.
El mayor recurso de una nación son los líderes en ambas instituciones que son hombres y mujeres de carácter. Sigue leyendo mi amigo.
Ralph Drollinger
I. INTRODUCCIÓN
La Biblia enseña claramente que hoy debe haber una separación institucional entre la Iglesia y el Estado. Pensar de otra manera es creer en una forma de gobierno teocrática o sacerdotal. Lo que La Biblia no enseña —y lo que el secularista quisiera decir que la Constitución de los Estados Unidos apoya— es una separación de la influencia de la Iglesia y el Estado. Sin embargo, está claro que tal pensamiento no está apoyada ni por La Biblia ni por la Constitución.
“Den al César” representa uno de los pasajes bíblicos que apoyan la idea de la separación institucional. Examinemos esto más de cerca desde una perspectiva histórica.
En los inicios del Cristianismo primitivo, tal y como se registra en el libro de Hechos, existió una clara separación de la Iglesia del Estado de Roma. No fue hasta el siglo IV d. C., cuando Constantino “instituyó” el Cristianismo como la religión oficial del Estado (en su intento de unificar el vasto y diverso Imperio Romano), que la separación clara y previamente existente entre las dos instituciones desapareció. Trágicamente, ¡esta falta de separación ocurre incluso durante el período Post-Reforma! Lutero, Zwinglio y Calvino practicaron una estructura social sacerdotal, frente a una compuesta según la clara enseñanza del Nuevo Testamento (ver Mateo 20:20-22; Romanos 13:1-8; 1Pedro 2:13-14). En el sentido de que gran parte del énfasis de los reformadores en la corrección doctrinal de la herejía relacionada con la soteriología (la doctrina de la salvación), no se hizo ningún ejercicio quirúrgico en relación con el aberrante matrimonio anterior de la Iglesia y el Estado.
Es importante para este estudio la idea de que en la era del Nuevo Testamento —salvo los primeros tres siglos— ha existido un sistema sacerdotal teocrático en la mayoría de los países del mundo. Históricamente, no es hasta el experimento americano en el gobierno, en el que nuestros padres fundadores en reacción a la Inglaterra sacerdotal (donde la Iglesia de Inglaterra y el Estado de Inglaterra siguen siendo uno en el mismo), buscaron una solución pragmática para separarse de un sistema de creencias religiosas forzadas que incumben a uno por haber nacido en Inglaterra.
Si, desde el punto de vista bíblico, la Iglesia y el Estado han de ser instituciones separadas, sugiere eso, como postularía el secularista, ¿una privación total de la Iglesia del Estado, es decir, una separación influyente también? ¿Es esa la extrapolación que Cristo desearía del texto antes mencionado de Mateo 22:21? ¡No!
Como veremos en este estudio, la Institución del Estado depende bastante de la existencia de una Institución de la Iglesia fuerte y saludable (que no controla) para formar hombres y mujeres en rectitud para el servicio en el gobierno.
SIN UNA IGLESIA FUERTE QUE HAGA DISCÍPULOS, PRONTO EL ESTADO SE DESVÍA DEBIDO A LA PECAMINOSIDAD DE SUS LÍDERES.
Dado que esta es una necesidad y una preocupación tan vital del Estado mismo, y del liderazgo del Estado, ¿qué más y específicamente dice el libro de Proverbios acerca de la absoluta necesidad de líderes gubernamentales rectos? Dirijamos nuestra atención en busca de la respuesta a esa pregunta.
II. COMPRENDIENDO LA SEPARACIÓN DE IGLESIA Y ESTADO
Todo estadista debe aprender una lección de Proverbios 14:34. Aquí en este importante proverbio hay un otorgamiento de verdad nacionalista (versus personal). Aquí hay una máxima política sólida:
La justicia engrandece a la nación, pero el pecado es afrenta para los pueblos.
La justicia en la vida de los individuos, tanto en los ciudadanos como en los líderes de un país — es la virtud superior a todas los demás. ¡Es el recurso natural número uno de la nación! El escritor de Proverbios está afirmando que es el único ingrediente que asegura la grandeza de una nación.
No es el comercio internacional ni el producto interno bruto, ni la presencia de recursos naturales lo más fundamental para la grandeza de una nación. Más bien, ¡la rectitud de los individuos de una nación es el mayor recurso — ¡y la mercancía más grande que una nación necesita para fabricar!
Los mismos principios que edifican a los individuos en rectitud (tal como los expone la Palabra de Dios) son los mismos principios, cuando se multiplican por y a través de los individuos, que construyen una nación. Cuando una nación está poblada de individuos con altos principios es cuando obtiene bienestar.
Teniendo en cuenta este análisis exhaustivo de nuestra mayor necesidad, la pregunta entonces se convierte rápidamente en cómo se forma la rectitud en la vida de los individuos. Dicho esto, existe, en términos de servir a la Institución del Estado, el deber primordial y absolutamente crítico de la Iglesia en una sociedad institucionalmente separada: convertir el alma y discipular — cristianizar — a los líderes del Estado y de su ciudadanía.
La conversión es incluso preeminente para la educación; sin un fundamento moral, el conocimiento nos vuelve orgullosos (I Corintios 8:1 TLA) y tiene poco valor en términos de construcción de la nación. Por lo tanto, en nuestro país compuesto, el Estado depende en gran medida de una Institución que no controla: la Iglesia en lo que respecta a su propia salud y sostenibilidad. Por el contrario, que la Iglesia gaste su energía en la Comunidad Capital tratando de afectar la política con poca preocupación manifiesta por las almas de los líderes del Estado es practicar, bíblicamente hablando, un tipo de participación mal informada y equivocada: ¡es intentar hacer lo que otros — servidores públicos fuertes en Cristo — pueden hacer mucho mejor! Es ser menos que eficiente. Es malinterpretar la primacía de su papel ordenado por Dios en una sociedad compuesta.
La Iglesia puede influir mejor en el Estado edificando y enviando servidores públicos justos para que sirvan en el gobierno. Tenga en cuenta que el Estado no se dedica a fabricar personas rectas. Más bien, Dios lo ha diseñado para castigar a las personas injustas (vea Romanos 13:4; 1Pedro 2:13-14). Proverbios 29:2 sirve para resumir esto:
Cuando los justos aumentan, el pueblo se alegra; Pero cuando el impío gobierna, el pueblo gime
Dice Proverbios 11:10-11 a este respecto:
Con el bien de los justos, se regocija la ciudad, Y cuando perecen los impíos, hay gritos de alegría. Por la bendición de los rectos, se enaltece la ciudad, Pero por la boca de los impíos, es derribada.
Agrega Proverbios 28:12:
Cuando los justos triunfan, grande es la gloria, Pero cuando los impíos se levantan, los hombres se esconden.
¡Como puede ver, Proverbios tiene mucho que decir sobre la necesidad de líderes gubernamentales justos! ¡Las Escrituras gritan sobre este asunto! La Iglesia debe estar en el negocio de fabricarlos a través de la evangelización y el discipulado en todos los niveles de sus trayectorias políticas.
III. LA GERMINACIÓN DE LA JUSTICIA
Proverbios 11:30 proclama la necesidad del evangelismo por parte del pueblo de Dios a fin de dar a luz a personas justas y lograr un Estado saludable continuo:
El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.
El fruto del justo generalmente incluye la influencia, la productividad, la instrucción y el ejemplo de uno. ¡Pero note lo que específicamente se agrega a la definición de este fruto: ¡evangelización o el ganar almas! En Juan 4, cuando Jesús visitó a la mujer junto al pozo, sin duda tenía mucha sed y necesitaba agua. ¡Él, sin embargo, dejó de lado sus propias necesidades para ganar a la mujer para salvación! Se olvidó de sus propios deseos en aras de conseguir una prioridad más alta: el gozo de la salvación… el comienzo de una vida recta. El alma de ella es lo más importante en Su mente.
JUSTICIA SIGNIFICA “DE LA MANERA CORRECTA”
Su alma era lo más importante en Su mente. Si tan solo tuviéramos más individuos Cristianos a quienes Dios ha colocado en el Capitolio que practican esta prioridad: el alma de otro por encima de una preocupación egocéntrica por la carrera política. Bridges afirma con respecto a la ausencia de la ganancia de almas:
El cristiano que descuida la salvación de su hermano pone en peligro la suya propia. Si no muestra ese “amor y bondad de Dios que se ha manifestado a los hombres” vuelve a su egoísmo nativo.
Continúa diciendo:
Qué pobre es la mitra (adorno de la cabeza) o la corona; qué degradante es la sabiduría del filósofo, del erudito o del estadista, ¡comparada con esta sabiduría!
El uso más importante y sabio del tiempo en el Capitolio es evangelizar a los perdidos: ¡creando por la gracia de Dios y la imputación del Espíritu Santo, hombres y mujeres que tendrán hambre y sed de justicia por el resto de sus vidas! ¡El líder de ministerio de Capitol Ministries en el Capitolio del Estado de Nueva York ha ganado 13 legisladores para Cristo en sus primeros 18 meses!
¡Cuán mal informada, simplista y descuidada es la sabiduría de los líderes de nuestra nación en la que la formación de individuos justos a través de un evangelismo agresivo ni siquiera se menciona y mucho menos se enfatiza! ¡Necesitamos que Franklin Graham lleve a cabo una cruzada en el Capitolio! ¡Qué podría ser más importante para la justicia de nuestra nación! ¡Tal ignorancia en nuestras prioridades habla de la escasez de alfabetización bíblica en nuestro Capitolio! No se equivoque aquí: ¡es la justicia la que exalta a una nación! ¡Por lo tanto, la prioridad del evangelismo es la clave para una gran nación más que cualquier otra cosa! Amigos míos, deben tener esto en mente: ¡La evangelización es la germinación de la rectitud! ¡Hoy necesitamos ganar las almas de los servidores públicos que están perdidos sin Cristo!
IV. LAS CARACTERÍSTICAS DEL LIDERAZGO JUSTO DEL LIBRO DE PROVERBIOS
Dada la necesidad de un liderazgo justo, también conocido como bíblico, en la nación, ¿cuáles son algunas de las cualidades que Proverbios afirma que deben estar presentes en los estadistas? Note las siguientes instrucciones específicas de Proverbios que definen cómo debe ser la justicia en un servidor público: Los justos deben ser:
A. SERVICIO DESINTERESADO
Proverbios 16:12 personifica la necesidad de justicia en el liderazgo del gobierno:
Es abominación para los reyes cometer iniquidad, Porque el trono se afianza en la justicia.
Un líder justo no tendrá intereses propios aparte del bien público. En su corazón habrá una consideración de los demás como más importantes que uno mismo (ver Filipenses 2). Dios requiere que los líderes que Él designa (ver Romanos 13:1) sean una bendición para la gente, benefactores de su país. Eclesiastés 8:9 dice: el hombre domina a otro hombre para su mal. Cuán a menudo me entero de los motivos de nuestros líderes y sus deseos egoístas de buscar la reelección. Es solo a partir del conocimiento, la comprensión y la sumisión a la comprensión de que Dios ha designado a uno para el cargo que los motivos egoístas pueden ser erradicados y reemplazados por los motivos justos del servicio desinteresado. Los servidores públicos justos, declara Eclesiastés, sirven a los demás hasta el punto de que se lastimana sí mismos al hacer el bien. ¿Se puede decir eso de usted? ¿Es usted desinteresado en el servicio?
B. JUICIO JUSTO
Una de las principales responsabilidades del gobierno ordenadas por Dios es el castigo de los malhechores (1Pedro 2:13-14). Dentro de esa vena está la asombrosa responsabilidad de un trato justo a través del debido proceso. Una parte importante de la descripción del trabajo de cada funcionario electo es asegurarse de que la nación tenga un excelente sistema judicial, especialmente jueces justos temerosos de Dios (aquellos que, debo agregar, apoyan las leyes del país, ¡no las inventan!). Proverbios 20:8 y 7 (he invertido su orden para mostrar los aspectos causales y reflexivos del liderazgo justo en lo que respecta a la longevidad de la vitalidad de una nación):
El rey que se sienta sobre el trono del juicio, Disipa con sus ojos todo mal.
El justo anda en su integridad; ¡Cuán dichosos son sus hijos después de él!
En la antigüedad, los reyes decretaban justicia desde sus tronos. Debían gobernar por temor a Dios. Así debería ser hoy en nuestra legislación, aplicación de la policía y nombramientos judiciales. Afirma Proverbios 24: 23b-25:
Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno. Al que dice al impío: “Eres justo,” Lo maldecirán los pueblos, lo aborrecerán las naciones; Pero los que lo reprenden tendrán felicidad, Y sobre ellos vendrá abundante bendición.
Desafortunadamente para nuestra nación, las opiniones mayoritarias de nuestra Corte Suprema de Estados Unidos se caracterizan cada vez más por lo anterior. En lugar de transmitir justicia a los injustos, Salomón, si fuera a visitar sus aposentos y deliberar con ellos, los instaría a concentrarse en otra cosa. Dice Proverbios 31: 8-9:
Abre tu boca por los mudos, Por los derechos[a] de todos los desdichados. Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende los derechos de afligido y del necesitado.
En lugar de compensar los derechos de los injustos, los jueces deberían defender los derechos de los menos afortunados: por ejemplo, ¡seres humanos sin voz y por nacer! Es solo a través de legisladores y agentes de la ley justosque una sociedad puede tener alguna apariencia de justicia. La justicia proviene de individuos rectos y temerosos de Dios que se convierten en tales por las prioridades de discipulado de la Iglesia en una nación compuesta de Instituciones de la Iglesia y el Estado que permanecen en común.
C. CONOCIMIENTOS EN LA CONTRATACIÓN
Si la justicia exalta a una nación, entonces se sigue que el reconocimiento abierto de ella y el discernimiento para elegir personas íntegras es el camino seguro hacia la prosperidad nacional. De ello se deduce que los justos, siempre y cuando hayan sido elegidos para un cargo, deberían a su vez contratar empleados justos para distribuir sus valores. Sin embargo, con demasiada frecuencia he visto a funcionarios electos justos contratar al tipo de personas equivocadas. ¡El estadista sabio contrata a otros que representan su carácter! Contratar a personas malas, corruptas y malvadas arruinará la oficina de uno. Al contrario de lo que establece usted, ¡tergiversarán y corromperán! Dice Proverbios 25: 5:
Quita al malo de delante del rey, Y su trono se afianzará en la justicia
D. COMPROMETIDO EN CONVICCIONES
El que un servidor público cristiano se aparte de sus principios, comprometa los absolutos bíblicos en sus políticas o interacciones con otros, empaña gravemente su testimonio, y podría agregar, el testimonio corporativo del cuerpo de Cristo en el gobierno. ¡Para ser verdaderamente justo, uno debe aferrarse a las convicciones bíblicas cuando hay presión! Hacerlo requiere no solo el conocimiento bíblico de esas convicciones, sino también estar en comunión en el Capitolio con otros creyentes de ideas afines de manera regular. Cuando llegue la prueba de fuego de sus convicciones, ¿se mantendrá firme y recto o se doblegará? Proverbios 25:26 afirma:
Como manantial turbio y pozo contaminado Es el justo que cede ante el impío.
E. LIBRE DE SOBORNO
¿De qué sirven las mejores leyes si la gente no las cumple? La razón por la que el capitalismo tarda en arraigarse en Rusia y los países de la ex CEI se debe en gran medida a la falta de rectitud entre sus líderes y ciudadanos; el sobornopersonal derroca la mejor de las construcciones legales. Los hijos de Samuel aceptaron sobornos y arruinaron a Israel. La coherencia debe impregnar todos los grados de responsabilidad oficial para que el soborno no corrompa una cultura de arriba hacia abajo. Pueblo de Dios, las personas de convicciones justas deben impregnar el liderazgo de todos los sistemas de gobierno para que sobrevivan. Proverbios 29: 4 afirma a este respecto:
F. FUERTE EN LA ORACIÓN
Lo que más necesita cada país o estado son hombres y mujeres rectos que suplican la presencia de Dios en sus asuntos personales y estatales. No se deje engañar por los “desayunos de oración” sincréticos: Dios solo escucha las oraciones de los líderes y ciudadanos que son rectos, que viven con rectitud a través de la fe en Jesucristo. Dice Proverbios 15:29 a este respecto:
El Señor está lejos de los impíos, Pero escucha la oración de los justos.
Proverbios 15: 8-9 dice además:
El sacrificio de los impíos es abominación al Señor, Pero la oración de los rectos es Su deleite. Abominación al Señor es el camino del impío, Pero Él ama al que sigue la justicia.
La Escritura es clara; aquellos que están en enemistad con Él, que rechazan pasiva o activamente al Hijo de Dios, sus oraciones son inútiles y no son escuchadas. Y el Estado sufre por falta de Su bendición. El líder justo es un hombre de oración fuerte.
V. CONCLUSIÓN
Todos estarían de acuerdo en que las características de la rectitud son necesarias para el manejo de un buen gobierno, pero la única manera de producir estas virtudes en los líderes es a través de los esfuerzos de discipulado de la Iglesia en la vida de las personas. Así como va la Iglesia entonces, va el Estado. Dicho de otra manera:
EL ESTADO ES EL REFLEJO DE LA RECTITUD DE SU PUEBLO, MÁS QUE EL AGENTE CAUSAL DE LA MISMA.
Dicho de otra manera, el predicador es mucho más importante que el político para el futuro del país. A fin de cuentas, en el diseño de Dios, este último es un reflejo de la idoneidad del primero.
Dada esta verdad primordial con respecto a la sociedad, lejos de que la Iglesia gaste todos sus esfuerzos en el activismo, buscando engatusar a los que ocupan cargos (que a menudo rechazan a Cristo) para que voten bíblicamente. No sucederá. En cambio, el llamado y énfasis de Proverbios con respecto a la salud en germinación de una nación revela claramente un énfasis en el liderazgo recto. En consecuencia, ésta es una tarea que la Iglesia debe enfatizar: ¡desarrollar estadistas en Cristo! Son ellos quienes constituyen el mayor recurso del gobierno de los Estados Unidos de América.cm