I. EL ORIGEN DE LA OBEDIENCIA

La obediencia es algo más que seguir una serie de normas. Es la respuesta que se espera de un cristiano a su Señor. En gran parte, la disposición de un creyente a ser obediente a su Señor tiene mucho que ver con cómo vino a Cristo: Lo que le vendieron. ¿Usted vino a Cristo sólo con la expectativa de ser salvo? ¿O vino a Cristo estando al límite de sí mismo? Observe que en el Sermón del Monte Jesús comienza Su presentación de las “Cuatro Leyes Espirituales” (un tratado evangélico muy popular a finales del siglo XX) no con “Te amo y te ofrezco un plan maravilloso para tu vida”, sino dirigiéndose primero a la actitud interior del receptor. ¿Por qué cree que es así? La primera presentación podría llevar fácilmente a alguien a venir a Cristo con motivos impropios. Mientras que Jesús dijo en Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu …” Y en 5:4, “Bienaventurados los que lloran …” Estos pasajes se refieren al ser interior del receptor: Jesús está diciendo que sólo es “bienaventurado” aquel que está cansado y quebrantado por su proclividad al pecado, y que desea desesperadamente cambiar su vida por la de Él. En este sentido continuo, más adelante en 5:6 dice: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia …”. De ello se deduce que los que están cansados de su pecado tendrán necesidad de la justicia de Dios. 1 Pedro 1:14-15 recoge esta misma idea y su hermana gemela: la compunción interna de serle obediente:

Como hijos obedientes… como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir.

Muéstreme a un creyente que ve a Cristo como un complemento y le mostraré a alguien que (generalmente hablando) carece de obediencia. En el estudio que sigue investigaremos lo que significa ser obediente, las áreas de obediencia, y algunos resultados de la obediencia—pero antes de que lo hagamos, este primer punto no puede ser enfatizado demasiado.

EL DESEO INTERNO DE OBEDIENCIA A CRISTO SÓLO NACE EN UN SUELO RICO EN MISERIA PERSONAL Y TRISTEZA POR EL PECADO. SUELOS QUE FOMENTAN LA TRASCENDENCIA PERSONAL.

A. EL LLAMADO A OBEDECER LOS MANDAMIENTOS DE DIOS

1. ¿Qué hará si usted ama a Cristo?

Si ustedes me aman, guardarán Mis mandamientos. (Juan 14:15)

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2. ¿Qué se espera de los seguidores de Cristo, tal como se afirma en Santiago 1:22?

Sean hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.

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B. EL LLAMADO A SEGUIR A CRISTO

1. ¿ Qué es lo que Jesús dice que debe hacer una persona que le sigue?

Y a todos les decía: “Si alguien quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” (Lucas 9:23)

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2. ¿Cómo nos dio ejemplo Jesús al sufrir por Su obediencia a Dios?

Pues ¿qué mérito hay, si cuando ustedes pecan y son tratados con severidad lo soportan con paciencia? Pero si cuando hacen lo bueno sufren por ello y lo soportan con paciencia, esto halla gracia con Dios. Porque para este propósito han sido llamados, pues también Cristo sufrió por ustedes, dejándoles ejemplo para que sigan Sus pasos, el cual no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia. (1 Pedro 2:20-23)

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LA OBEDIENCIA NO CONSISTE SIMPLEMENTE EN SEGUIR UNA LISTA DE “LO QUE SE DEBE Y LO QUE NO SE DEBE HACER”. MÁS BIEN SURGE DE UNA PASIÓN DESESPERADA POR SER SALVO DE LOS MALOS CAMINOS DE UNO MISMO MEDIANTE LA BÚSQUEDA DE LAS COSAS DE ARRIBA.

3. ¿Cómo contribuye Colosenses 2:20-3:2 a su comprensión de lo anterior?

Si ustedes han muerto con Cristo a los principios elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivieran en el mundo, se someten a preceptos tales como: «no manipules, no gustes, no toques», (todos los cuales se refieren a cosas destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas de los hombres? Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne. Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

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C. EL LLAMADO A LA SUMISIÓN

¿No saben ustedes que cuando se presentan como esclavos a alguien para obedecerle, son esclavos de aquel a quien obedecen, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia? (Romanos 6:16)

1. ¿Cómo debemos presentarnos ante Dios según Romanos 12:1? ¿Cómo se relaciona la frase “las misericordias de Dios” con nuestra motivación para ser obedientes?

Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. (Romanos 12:1)

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II. LA OBEDIENCIA CARACTERIZA AL VERDADERO CREYENTE

Lea 1 Juan 2:3-4 (nuestro versículo para memorizar):

Y en esto sabemos que lo hemos llegado a conocer: si guardamos Sus mandamientos. Él que dice: “Yo lo he llegado a conocer”, y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.

1. ¿Qué demuestra la obediencia a la Palabra de Dios?

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2. ¿Qué indica la continua desobediencia a la Palabra de Dios?

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3. ¿Qué caracteriza al verdadero creyente como alguien que entrará en el reino de los cielos?

No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. (Mateo 7:21)

Pero el que guarda Su palabra, en él verdaderamente se ha perfeccionado el amor de Dios. En esto sabemos que estamos en Él. (1 Juan 2:5)

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III. UN EJEMPLO DE DESOBEDIENCIA

Lea 1 Samuel 15:16-23. En lugar de obedecer completamente el mandato de Dios, el rey Saúl sustituyó su propia forma de adoración y justificó su obediencia personal.

Dijo entonces Samuel a Saúl: «Espera, déjame declararte lo que el Señor me dijo anoche». Y él le dijo: «Habla». Y Samuel dijo: «¿No es verdad que aunque eras pequeño a tus propios ojos, fuiste nombrado jefe de las tribus de Israel y el SEÑOR te ungió rey sobre Israel, y que el SEÑOR te envió en una misión, y te dijo: “Ve, y destruye por completo a los pecadores, los amalecitas, y lucha contra ellos hasta que sean exterminados?”. ¿Por qué, pues, no obedeciste la voz del SEÑOR, sino que te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?». Entonces Saúl dijo a Samuel: «Yo obedecí la voz del SEÑOR, y fui en la misión a la cual el SEÑOR me envió, y he traído a Agag, rey de Amalec, y he destruido por completo a los amalecitas. Pero el pueblo tomó del botín ovejas y bueyes, lo mejor de las cosas dedicadas al anatema, para ofrecer sacrificio al SEÑOR tu Dios en Gilgal». Y Samuel dijo: «¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? Entiende, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grasa de los carneros. Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del SEÑOR, Él también te ha desechado para que no seas rey».

1. ¿Cuál fue la respuesta de Samuel? ¿Cómo valoraba la obediencia en comparación con el ritual del sacrificio?

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2. ¿Con qué se comparan la obstinación y la rebeldía?

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3. ¿Qué le costó la desobediencia a Saúl?

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Consideremos Zacarías 7:8-14:

Entonces vino la palabra del Señor a Zacarías: “Así ha dicho el Señor de los ejércitos: ‘Juicio ver-dadero juzguen, y misericordia y compasión practiquen cada uno con su hermano. No opriman a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni tramen el mal en sus corazones unos contra otros’. ‘Pero ellos rehusaron escuchar y volvieron la espalda rebelde y se taparon los oídos para no oír. Y endurecieron sus corazones como el diamante para no oír la ley ni las palabras que el Señor de los ejércitos había enviado por Su Espíritu, por medio de los antiguos profetas. Vino, pues, gran enojo de parte del Señor de los ejércitos. Y como Yo había clamado y ellos no habían querido escuchar, así ellos clamaron y Yo no quise escuchar’, dice el Señor de los ejércitos, ‘sino que los dispersé en torbellino entre todas las naciones que no conocían. Y la tierra fue desolada tras ellos, sin que nadie fuera ni viniera; convirtieron la tierra deseable en desolación”.

1. ¿Cuál fue la respuesta de Samuel? ¿Cómo valoraba la obediencia en comparación con el ritual del sacrificio?

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2. ¿Cómo afectó a sus oraciones?

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3. ¿Cuál fue el resultado?

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IV. EJEMPLOS DE OBEDIENCIA

El Antiguo Testamento contiene numerosos ejemplos de obediencia. Fíjese en los héroes de la fe del Antiguo Testamento y en su obediencia, como se enumeran en Hebreos 11.

A. LA OBEDIENCIA DE ABRAHAM

1. ¿Cuáles fueron dos de los grandes actos de obediencia de Abraham según Génesis 12:1-4 y Hebreos 11:8 respectivamente?

Y el SEÑOR dijo a Abram: «Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. En ti serán benditas todas las familias de la tierra». Entonces Abram se fue tal como el Señor le había dicho, y Lot se fue con él. Abram tenía 75 años cuando salió de Harán

Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba.

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2. Debido a que Abraham escuchó la voz de Dios y obedeció, ¿cuáles fueron las tres cosas que Dios (de nuevo) prometió al hijo de Abraham según Génesis 26:2-5?

El SEÑOR se le apareció a Isaac y le dijo: «No desciendas a Egipto. Quédate en la tierra que Yo te diré. Reside en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque Abraham me obedeció, y guardó Mi ordenanza, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis leyes».

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B. LA OBEDIENCIA DE CRISTO

1. ¿Cuál fue la principal preocupación de Cristo en la tierra?

Jesús les dijo: «Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo Su obra. (Juan 4:34)

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2. Incluso ante la cruz, ¿cuál fue la actitud de Cristo?

“Padre, si es Tu voluntad, aparta de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya”. (Lucas 22:42)

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3. ¿Hasta qué punto estaba dispuesto Jesús a ser obediente?

Y hallándose en forma de hombre, se humilló Él mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2:8)

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V. LAS PROMESAS Y LAS BENDICIONES DE LA OBEDIENCIA

1. Enumere algunas bendiciones que se nos prometen si obedecemos los mandamientos de Dios.

Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor. (Juan 15:10)

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Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando. (Juan 15:14)

Y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos Sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. (1 Juan 3:22)

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2. ¿Con qué compara Jesús la vida de una persona que escucha y obedece Su Palabra?

“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. Todo el que oye estas palabras Mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción”. (Mateo 7:24-27)

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VI. AREAS DE OBEDIENCIA

1. ¿Qué se debe enseñar a todos los cristianos acerca de los mandamientos de Cristo?

“… enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:20)

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2. Lea cada uno de los versículos siguientes. Escriba quién debe obedecer a quién y por qué.

Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es agradable al Señor. (Colosenses 3:20)

¿Quién? ________________________________________________________________________

¿A quién? _______________________________________________________________________