I.      INTRODUCCIÓN

La Biblia establece que la comunicación escrita de Dios es para la humanidad. Este es el claro testimonio de sus escritores. En 2 Timoteo 3:16-17 Pablo afirma, Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.  En 1 Tesalonicenses 2:13 él declara de manera similar,  Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.  En 1Pedro 1:20-21 Pedro dice, Pero ante todo sepan esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.  Otros innumerables pasajes atestiguan el origen divino de la Biblia.

Entonces, ¿cuáles son algunos de los beneficios prácticos de una vida habitual de estudio de palabras inspiradas por Dios mismo? Piense en ello. Esta semana vamos a examinar algunas de esas palabras. Es mi deseo que, como resultado, usted adquiera convicción de estudiar diligentemente y fortalecer aún más este hábito positivo para toda la vida. Danielle y yo estamos aquí para ayudarle a lograr ese objetivo.

II.     QUINCE BENEFICIOS DE ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS

A.     LE INFORMARÁ ACERCA DE LA SALVACIÓN

Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. (Romanos 10:17).

La verdadera fe salvadora viene de oír el mensaje acerca de Cristo; el mensaje no adulterado del Evangelio está codificado en las Escrituras. Cuidado con asociarse con grupos “espirituales” en el Capitolio o iglesias en su país que realmente no creen en la exclusividad de la fe salvadora sólo en Cristo. La salvación sólo por la fe en Cristo es el mensaje claro de la Escritura, y supera lo que otros puedan enseñar. Sin la Palabra, ¿cómo podría usted saber con certeza que la salvación es sólo por la fe en Cristo? A menos que estudie la Palabra por su cuenta, ¿cómo podría estar seguro de que es salvo? Usted se perdería en varias opiniones. El primer beneficio de estudiar la Palabra es la seguridad de su salvación personal.

B.     LE ENSEÑARÁ

Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17).

Como se dijo anteriormente en la introducción, la Biblia atestigua ser la Palabra de Dios, por lo que se deduce que la Biblia contendría la verdad necesaria para vivir de una manera que honre a su Hacedor mientras esté en este mundo, ¡y cómo sobrevivir y prosperar en el Capitolio! Y así es. Es la base de nuestra confianza en las normas del bien y del mal. el bien y el mal.

La Biblia es el árbitro final de la verdad, superando con creces la certeza y autoridad de las encuestas, los expertos o las opiniones de los partidos.

Por lo tanto, es necesario que usted conozca su contenido —permita que ella le enseñe— para que pueda beneficiarse de lo que dice y ser perfecto y equipado. ¿Por qué no informarse con la mejor herramienta que podemos poseer para navegar con éxito por las aguas a menudo traicioneras del Capitolio y del distrito ­­— por no hablar de los acontecimientos a los que todos nos enfrentamos en nuestra vida personal y cotidiana?

C.     LE GUIARÁ

Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción (Proverbios 6:23).

Lámpara es a mis pies Tu palabra, y luz para mi camino (Salmos 119:105).

Las palabras lámpara y luz son descripciones gráficas de la intención revelada de Dios de que Su Palabra sea una guía para usted. Como una linterna en una noche oscura, la Palabra puede evitar que tropiece en el camino de la vida.  En lugar de ser de doble ánimo y equivocarse en asuntos de importancia, Dios quiere que usted camine siempre con confianza y seguridad en el Capitolio. ¡Tal confianza sólo puede provenir de aquellos que estudian y conocen Su Palabra!

D.     LE ACONSEJARÁ

Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre (Salmos 110:98).

A diferencia de otros funcionarios políticos, los que están empapados de las Escrituras pueden ser consistentemente acertados en sus posiciones políticas.  ¿Cómo? Aprendiendo y aferrándose a los principios de Dios. Que son infalibles, inmutables y eternos. Con seguridad, conocer Sus mandamientos le hará mucho más sabio en el Congreso que los que no son piadosos. Pero si quiere ser sabio, primero debe pagar el precio de aprender la Palabra.

También Tus testimonios son mi deleite; ellos son mis consejeros (Salmos 119:24).

Recuerde que usted vive para complacer sólo a Aquel con quien algún día estará cara a cara en el tribunal.  Permita que la Palabra de Dios triunfe sobre los asesores impíos y sus opiniones.  El grado en que usted se comprometa a aprender la Palabra de Dios es el grado en que podrá beneficiarse de su consejo. Por ejemplo, el Salmo 1:1 le aconseja que contrate a personas piadosas y no impías para formar parte de su personal.  No adherirse al claro consejo de Dios en este caso significa que usted podría terminar avergonzado y perjudicado.

E.     LE RESTAURARÁ

La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo(Salmos 19:7).

Este pasaje indica que la Palabra restaurará su alma. Dicho de otra manera, la ley del Señor tiene el poder de reanimar el interior de la persona y fortalecerla en tiempos de desánimo.

Al igual que es necesario enchufar la laptop para recargarla, es absolutamente necesario conectarse a la Palabra para recargar la fuerza espiritual.

El estudio de la Biblia es parecido a eso —¡le mantendrá lleno de energía, amigo mío! El Capitolio es tan agotador, ¿cómo se puede esperar sobrevir a largo plazo  sin estar conectado al estudio de la Biblia? Esto le hará sabio y le ayudará a aprender de los errores para no repetirlos una y otra vez.  El estudio constante de la Palabra de Dios le mantiene mentalmente sano, estable, fuerte y emocionalmente equilibrado. Todo esto significa que usted será más eficiente y productivo en el transcurso de vida que alguien que no está en la la Palabra. ¡Permita que la Palabra restaure y cargue sus baterías!

F.     LE ADVERTIRÁ

Además, Tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa (Salmos 19:11).

La palabra “ellos” en este pasaje se refiere a las Escrituras. La mayoría de los problemas a los que uno se enfrenta en la vida son autoinducidos, directamente relacionados con la desobediencia o la ignorancia de los principios bíblicos. La desobediencia proviene de una falta de fuerza interior, o dicho de otra manera, de la incapacidad de resistir la tentación.

CONOCER LAS ESCRITURAS ÍNTIMAMENTE ES INFORMAR Y REFORZAR NUESTRAS CONCIENCIAS PARA QUE EN TIEMPOS DE TENTACIÓN SEAMOS LO SUFICIENTEMENTE FUERTES PARA HACER LO QUE ES BÍBLICAMENTE CORRECTO.

Se deduce entonces que si priorizamos el tiempo para colocar la Escritura en nuestra mente, el Espíritu Santo será fiel para usarla para advertirnos del peligro: si nos falta ingesta, tendremos un dispositivo de advertencia más débil. ¡Hay una gran recompensa! al estar convencido, salir victorioso de la tentación, y estar de acuerdo con las Escrituras en un asunto.

G.     LE NUTRIRÁ

Deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación (1 Pedro 2:2).

En este pasaje se revela la fórmula para el crecimiento. No puede haber un crecimiento constante sin una ingesta constante de alimento bíblico, razón por la cual la alimentación bíblica es la responsabilidad principal de un buen pastor.  Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido (1 Timoteo 4:6).

Tenga cuidado con los ministros que no se alimentan y no nutren consistentemente a otros con la Palabra.  Tenga cuidado con los ministros que no se alimentan y no nutren consistentemente a otros con la Palabra. Estos ministros, por el contrario, se centran en un tipo de ” Cristianismo” de atajo orientado a los sentimientos que enfatiza la supuesta realización de dones de señales tales como  hablar en lenguas, realizar milagros y sanidades.  Aquellos que supuestamente practican estas cosas son entonces equiparados con una supuesta madurez espiritual. ¡Pero no se deje engañar! La fuerza física se consigue yendo al gimnasio todos los días y levantando pesas; La fuerza espiritual viene al ir a la Palabra todos los días y estudiarla. Estudiar la Palabra es un trabajo duro, pero si usted paga el precio durante muchos años de vida, ¡sus verdades le darán resistencia y fuerza como ninguna otra cosa! ¡Se caracterizará por la sana doctrina por la dieta alta en proteínas y ejercicio diario desde la Palabra de la fe!

Una vez conocí a una persona cuyo pastor le había “profetizado” que un día se presentaría ante líderes y reyes como un testimonio de Cristo. Confiando únicamente en la “profecía”, nunca pagó realmente el precio de la preparación. Cuando estas cosas no sucedieron, terminó bastante abatido. Dios tiene la intención de que Su Palabra le nutra hoy, ¡no que sea una supuesta señal milagrosa! ¡Eso es similar a un plan para hacerse rico rápidamente!  No hay atajos para el crecimiento espiritual, amigo mío; fortalecerse en Cristo es una tarea de toda la vida, pero los beneficios son inmediatos y eternos, ¡así que participe con otras personas en un estudio bíblico serio con un maestro serio! Dios desea que los maestros de estudios bíblicos sean como entrenadores que lo vigilen, lo alienten y lo motiven a mejorar, así como también le ofrezcan una fuerte reprensión cuando la necesite. (Esa es la razón por la que simplemente leer estudios bíblicos sin interactuar con un grupo de estudio bíblico es menos efectivo).

H.     LE JUZGARÁ

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12).

Algún día pasaremos una semana estudiando este versículo. ¡Está tan impregnado de profundidades! Basta decir que la Palabra de Dios expone a los falsos creyentes y a los creyentes desobedientes. Es viva, viviente y siempre eficaz. Si usted se expone a la Palabra, ella a su vez le juzgará a veces porque Dios le ha dado poder para hacerlo.

Así será Mi palabra que sale de Mi boca, no volverá a Mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié (Isaías 55:11)

Cuando se predica la Palabra, no vuelve vacía. En la predicación siempre se cumple lo que Dios desea. Muchas veces pone al descubierto los verdaderos motivos e intenciones del corazón de los hombres. Para el creyente sensible, tal exposición es bienvenida porque conduce al arrepentimiento, al crecimiento y, finalmente, a la bendición. Eso significa tener éxito en el propósito para el que lo envié.

I.     LE SANTIFICARÁ

Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad (Juan 17:17).

Santificar, tal como se usa en las Escrituras, significa separado para la madurez cristiana. Crecemos a medida que nos enfrentamos a la verdad y, como ya se ha dicho, la verdad definitiva sólo se deriva del conocimiento de las Escrituras. Este hecho se repite como el medio intencionado de Cristo para madurar a Su Iglesia.

Para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra (Efesios 5:26).

Nótese que el medio que Dios utiliza para lavar o santificar es por medio de la Palabra. De esto se deduce que la falta de estudio de la Palabra significa que habrá un menor grado de limpieza personal. Ciertamente, la santificación es más que el conocimiento de la Palabra, pero no es nada menos.

J.     LE LIBERARÁ

Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: «Si ustedes permanecen en Mi palabra, verdaderamente son Mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres» (Juan 8:31-32).

Los verdaderos creyentes siempre tienen hambre de ser obedientes, o dicho de otra manera, de permanecer en la Palabra. La raíz griega para discípulos (mathetes) significa más que “seguidores”. Obtenemos la palabra inglesa para “math” de esta raíz griega: “ser capaz de sumar o calcular, averiguar”. En otras palabras, los verdaderos creyentes siempre quieren saber más acerca de Dios y quieren ser obedientes a Él. Tienen un deseo interno, impulsado por el Espíritu Santo, de aprender. Por el contrario, si una persona no tiene el deseo de entender la Palabra y ser obediente a Dios, entonces se está engañando a sí misma pensando que es salva, cuando la evidencia bíblica indica claramente que no lo es (véase 2 Juan 9). Por último, los verdaderos redimidos tienen una profunda sensación de liberación del peso del pecado. Cosechamos lo que sembramos en términos de pecado. Por consiguiente, cuanto menos pecamos, menos cosechamos los efectos nocivos del pecado. Los que estudian la Palabra se caracterizan generalmente por una mayor alegría, risa y productividad en la vida.

K.     LE ENRIQUECERÁ

Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones(Colosenses 3:16).

Habite en abundancia significa que la Palabra le hará “extravagante o abundantemente rico”. La Palabra de Cristo se refiere a toda la Escritura. En la medida que la Palabra de Dios sature y controle nuestra vida es el grado en que viviremos enriquecidos y rebosantes de agradecimiento a Dios— derramando positivamente esas riquezas en la vida de los demás.

L.     LE PROTEJERÁ

En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti (Salmos 119:11).

¿Cómo podemos vivir con menos pecado? La clave para superar el pecado es atesorar la Palabra de Dios en nuestro corazón. El entrenador John Wooden citaba a menudo al famoso evangelista estadounidense del siglo XIX Dwight L. Moody: “O el pecado te mantendrá alejado de este Libro, o este Libro te mantendrá alejado del pecado”. Este pasaje subraya esa idea.

M.     LE FORTALECERÁ

De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a Tu palabra (Salmos 119:28).

El resultado del pecado son varios sufrimientos: agonía, culpa y pérdida de fuerza, por mencionar sólo algunos. ¿El remedio del salmista?  Fortalecerse con la Palabra.

N.     LE INFUNDIRÁ VALENTÍA

Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí, Tu siervo medita en Tus estatutos(Salmos 119:23).

¿Quiere usted tener el valor de hacer lo que es correcto sin importar la presión de los demás, incluso de su grupo? ¡Sumérjase en la Palabra!

Someterse a la Palabra de Dios le infundirá valentía; le dará la resistencia para seguir nadando contra la corriente de las tendencias mundanas (como el gasto desenfrenado). Sólo asegúrese de ser audaz sin ser santurrón: sea amoroso y defienda la justicia de Dios.

O.     LE PROSPERARÁ

Sino que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche.  Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera (Salmos 1:2-3).

Este estudio termina donde empezamos. A través de los años he visto a muchos legisladores “Cristianos” marchitarse. Son elegidos para el puesto, y luego Dios no los honra ni los sostiene porque fallan en honrarlo, y pierden la reelección. A veces esta derrota ocurre porque han violado este principio de deleitarse en la ley de Dios mientras están en el cargo. Más bien, son como paja que se lleva el viento (Salmos 1:4). Me entristece ver esto tan a menudo. Santiago llama a esto ser de doble ánimo, inestable en todos sus caminos (Santiago 1:8). Por el contrario, Dios dijo a Josué, y nos dice a nosotros:

Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito (Josué 1:8).

¡Este pasaje promete prosperidad y éxito a los que meditan en la Palabra día y noche! ¡Fíjese en esta fórmula! ¿Le caracterizan tales disciplinas? ¿Desea tener éxito?

III.    RESUMEN

Este estudio proporciona ideas prácticas en cuanto a por qué necesita enfatizar el estudio de las Escrituras, ¡y por qué debe tomar en serio el estudio habitual de las mismas este año! El estudio bíblico constante y prioritario es lo que usted y yo realmente necesitamos con regularidad. ¡Mire todos estos beneficios! Existen por lo menos 15 beneficios al adquirir este hábito en su vida. Comience a asistir a un Estudio Bíblico de Congresistas si aún no está asistiendo—¡Estoy aquí para ayudarle y animarle en esta disciplina, mi amigo!  Éste es el camino hacia el crecimiento personal y la madurez espiritual. ¡Sea como un árbol firmemente plantado!cm